Las mujeres jóvenes no son las únicas que muestran los efectos por las vacaciones en la playa: En un estudio realizado en Colorado con 681 niños, de tez blanca, de siete años de edad, se comprobó que cada periodo vacacional cerca del agua se asoció con un cinco por ciento en el aumento de lunares pequeños (2 mm). La mayoría de los niños nacen sin lunares, tienden a ser desarrollados durante la infancia. Dado que un mayor número de lunares significa un mayor riesgo a desarrollar melanoma, estos aumentos en los niños son un motivo de preocupación.
Los investigadores, dirigido por Lori Crane, PhD, MPH, en la Colorado School of Public Health, en Denver, se entrevistaron con los padres acerca de todas las vacaciones que sus hijos habían tenido en “localidades con sol” desde su nacimiento. Las vacaciones en la playa fueron ligadas estrechamente a los aumentos de tamaño de los lunares. Debido a que el número de días que pasaron bajo el sol en estas vacaciones y el total de dosis de rayos UV adquirida no parecen afectar el número de lunares desarrollados en los niños, los investigadores proponen que los niños obtuvieron cierto “umbral“de exposición a los rayos UV durante las vacaciones bajo el sol después de que la exposición no tenía influencia alguna sobre el desarrollo de lunares.
Los investigadores asesoran a los padres a elegir viajes locales, y, antes de irse de vacaciones con sus hijos, a limitar la exposición a los rayos UV.